Después de los Beatles, no hubo quizás un divorcio más traumático en la cultura que la despedida del automóvil gurú de Carroll Shelby de la Company, después de 1967. Sin embargo, a diferencia de los Beatles, Shelby se reunió con Ford en el 2006 para una nueva generación de Mustangs. En 1969 y a principios de 1970 el Shelby GT500 fue el canto de cisnes, aunque solo de nombre, de la transformación de coches de producción en máquinas de rendimiento.
Génesis
El Mustang Shelby GT500 de 1969 fue menos una idea de Carroll Shelby y más de Ford sobre lo que este coche debía ser. Shelby estaba fuera de escena en 1967 cuando no renovó su contrato con Ford. Pero su breve paseo con Ford preparó el camino para una serie de Mustangs que dieron lugar al Shelby GT500 de 1969. Cuando Ford lanzó el Mustang 1965 versión 2+2, Shelby vio el potencial para un coche de alto rendimiento. Hizo que Ford le enviara varias versiones de la producción de Mustangs y los equipó con 306 caballos de fuerzas 289 V-8s. Instaló una campana de fibra de vidrio y arrancó el asiento trasero para reducir peso. Los distinguió como "GT350" y les añadió unos trabajos de pintura con rayas azules y blancas de carreras. El Mustang Shelby GT350 de 1965 fue un poco rústico para algunos gustos, y Shelby le añadió algunos toques de lujo al modelo de 1966 para calmar a los potenciales clientes. La versión "GT350R" se manejó con unos 360 caballos de fuerza 289. En 1967, potenció el modelo GT350 con 320 caballos de fuerza 390 V-8, y luego introdujo el GT500 equipado con 355 caballos de fuerza 428 generando 420 pie libras de torsión (58 kilogramo fuerza metro).
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